Se decidió realizar un segundo viaje dos meses después con un grupo de malabaristas (Boni y Caroli). En este viaje se sentaron las bases para la creación de una organización que ayudara a los artistas a repetir estas experiencias; haciendo espectáculos para las personas que sufren situaciones de crisis, especialmente para la infancia, de forma gratuita, como los niños de la escuela Projecte habían pedido inicialmente.
En 1993, equipos artísticos de España (payasos, titiriteros, bailarines, magos, músicos y más) lanzaron ocho expediciones a la antigua Yugoslavia e invitaron a artistas conocidos en el circuito internacional a participar.